Red Seguridad 093

editorial 3 red seguridad segundo trimestre 2021 La Comisión Europea aprobó, en junio, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del gobierno de España, que permitirá a nuestro país recibir los primeros 9.000 millones de euros de los Fondos Next Generation. De este modo comienza la esperada lluvia de inversiones en múltiples ámbitos, especialmente en aquellos relacionados con la digitalización. En concreto, la ciberseguridad será destino de más de 500 millones de euros para el fortalecimiento de capacidades de la Administración, empresas (especialmen- te las pymes) y ciudadanos. Arranca pues la oportunidad de poner en marcha proyectos que ayuden a contar con una sociedad más cibersegura y a impulsar aquellos aspectos que preocupan al sector, como son la mejora de los recursos, el desarrollo de la industria de ciberseguridad, la I+D+i o la captación de talento. El tiempo dirá si las inversiones se materializan en los avances anunciados o si se trata de una gran oportunidad perdida. La ciberseguridad española está en un momento crucial para demostrar si las iniciativas de los últimos años realmente han conseguido sus objetivos y si de verdad es momento de dar un nuevo salto. A la profusión de inversiones se suma la multitud de cambios normativos que irán aconteciendo en los próximos meses. Directiva NIS2, DORA, normativa sobre protec- ción de infraestructuras críticas, legislación sobre seguridad del 5G o la modificación del Esquema Nacional de Seguridad (incluida en el Plan de Choque de Ciberseguridad aprobado en mayo) son algunas de las normas que están en proyecto de aprobación o modificación. Esta intensa actividad del legislador, tanto europeo como español, re- presenta un añadido a la complejidad a la que se enfrentan las compañías en estos momentos, si bien forma parte del proceso de mejoras en materia de ciberseguridad para hacer frente a los retos tecnológicos. Estos cambios generarán avances, y así hay que velo, si bien la autoridad debe ser consciente del esfuerzo que representan tales modificaciones de la regulación y trabajar conjuntamente con las empresas para que puedan remar en medio de la tormenta. Estos dos aspectos acapararán la atención del ecosistema de ciberseguridad en los próximos meses e irán acompañados de otros muchos, como la necesidad de generar y retener talento. Ya no solo es que las empresas tengan que atraer profesionales con perfiles adaptados a las necesidades, es que además tienen que saber mantenerlo. Con tanta inversión y novedad en materia de ciberseguridad, estamos asistiendo a un ‘baile’ constante de profesionales, no solo entre empresas, sino también del sector público al privado. Esto supone especialmente un desafío para la Administración, pues no tendrá la capacidad de atracción de la empresa privada. Pero si queremos una ciberseguridad del Estado a la altura, también será necesario que haya profesionales capacitados en la Administración, más cuando las cosas van por buen camino. El caso es no acabar vistiendo santos desvistiendo a otros. Tiempo de avances en ciberseguridad La ciberseguridad española está en un momento crucial para demostrar si las iniciativas de los últimos años realmente han conseguido sus objetivos

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