Red Seguridad 098
84 red seguridad tercer trimestre 2022 monográfico tecnologías disruptivas Caramuel es la primera misión satelital en órbita geoestacionaria a nivel mun- dial orientada a la distribución de claves mediante comunicaciones cuánticas, una de las tecnologías que definirán la transmisión de información de forma se- gura en el futuro. El estudio, financiado por la Agencia Espacial Europea a través del programa ARTES 4S ( Advanced Re- search in Telecommunication Systems- Space for Safety & Security ), cuenta con el respaldo de un grupo de empresas y organismos españoles de gran relevan- cia internacional liderados por Hispasat. Los ordenadores cuánticos aportan una potencia computacional mucho más ele- vada que la obtenida por los ordenado- res convencionales y que resulta crucial de cara a la resolución de determinadas cuestiones, como la descomposición en factores primos en los que está basada la actual criptografía no simétrica. Este hecho supondrá un cambio de paradig- ma en las comunicaciones seguras, pues permitirá a atacantes con ordenadores cuánticos descifrar las encriptaciones ac- tuales en cuestión de segundos. Por este motivo resulta fundamental desarrollar un sistema que posibilite enviar información con las garantías de seguridad necesarias en los entornos de comunicaciones gubernamentales (civi- les y militares), así como en la gestión de infraestructuras críticas y aplicacio- nes y servicios de interés económico, medioambiental o tecnológico; y tam- bién en grandes corporaciones. Comunicaciones seguras Actualmente, la distribución cuántica de claves mediante un sistema de comuni- caciones ópticas permite comprobar con certeza si estas han sido interceptadas, ya que su integridad se verifica de ma- nera continua gracias a las propiedades cuánticas de los fotones. No obstante, las redes terrestres como la fibra óptica solo pueden preservar dicha integridad en distancias inferiores al centenar de kilómetros, debido a que a partir de esa cifra sufren mayores pérdidas de señal. El uso del satélite para el envío de cla- ves mediante comunicaciones cuánticas permite, en cambio, cubrir mayores dis- tancias porque la atenuación de la señal es menor en el espacio libre. En concre- to −y a diferencia de otras órbitas−, las coberturas geoestacionarias, a 36.786 kilómetros de altura, permiten establecer estas comunicaciones entre continentes enteros con un solo satélite, de manera continua y sin necesidad de establecer seguimiento de la señal. El sistema Caramuel incluye una carga útil cuántica embarcada en un satélite geoestacionario, así como su segmento terreno asociado, donde GMV es el encargado de liderar los paquetes de trabajo claves dentro de la fase inicial del estudio de viabilidad. Mientras la carga útil está compuesta por un telescopio de alta precisión, una fuente de fotones capaz de reali- zar envíos a tierra fotón a fotón con el fin de preservar sus propiedades cuán- ticas y toda la electrónica asociada, el segmento terreno se compone de un centro de control y de las estaciones ópticas de usuario. La función principal del centro de con- trol es supervisar y controlar a Caramuel en su conjunto, tanto el sistema embar- cado como la red de estaciones terre- nas. Dichas estaciones terrenas se com- ponen, por un lado, de una parte óptica con telescopios de aperturas entre 80 centímetros y 1,80 metros y receptores criogenizados para poder detectar los fotones de manera individual; y por otro, de la parte responsable de la destilación de las claves, almacenamiento y gestión La primera misión satelital de distribución de claves mediante comunicaciones cuánticas P or GMV Los atacantes con ordenadores cuánticos podrán descifrar las encriptaciones actuales en segundos
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