¿Es ilegal el control biométrico en los estadios de fútbol?

Gabriela Bustelo

Hubo un antes y un después del asesinato del ultra del Deportivo de La Coruña en una bronca de hinchas de ese club contra radicales del Atlético de Madrid en el Vicente Calderón. Fue el 30 de noviembre de 2014. Entonces se empezó a hablar del control biométrico del acceso a los estadios de fútbol. Lo explicó en el Congreso quien fuera secretario de Estado de Seguridad y número dos del Ministerio del Interior, Francisco Martínez. Pero ahora un informe jurídico lo halla contrario a la normativa. El dilema que surge en torno al control biométrico en el fútbol es si atenta contra los derechos y libertades individuales, siendo por tanto ilegal.

¿Es ilegal el control biométrico en los estadios de la Liga de Fútbol?

La medida llegó a España en 2015, al comienzo de la temporada de fútbol. El primer estadio donde se implantó fue precisamente el Vicente Calderón de Madrid. El Santiago Bernabéu estrenó entonces un sistema propio que tenía montado desde hacía dos años. Los aficionados de todos los clubes tuvieron que dejarse «fichar«, aportando sus huellas dactilares y rasgos faciales para los sistemas de identificación electrónica. Durante ocho años, esos forofos del fútbol pasaban por los tornos de acceso a los estadios sometiéndose al control biométrico o escaneando su huella dactilar. Esta norma, impuesta por el Consejo Superior de Deportes (CSD), se había considerado en nuestro país una estrategia puntera de la seguridad deportiva. Pero la Agencia Estatal de Protección de Datos (AEPD) publicó el 20 de enero de 2023 un informe jurídico que no la halla «conforme a la normativa reguladora de protección de datos»

En otros entornos la biometría se considera el futuro de la ciberseguridad

Apple, Microsoft y Google se han unido para eliminar las contraseñas alfanuméricas y sustituirlas por formas de autenticación más simples y más seguras. Esta opción utilizaría los datos biométricos personales para entrar de manera automática en la plataforma de turno. Lo cierto es que la biometría ha llegado y parece dispuesta a quedarse. Hoy día una huella dactilar da paso a cualquier dispositivo, un selfi permite abrir una cuenta corriente y la voz se usa como sistema de identificación en un sinfín de circunstancias digitales. Mientras en unos entornos la biometría se considera imprescindible, en otros se denuncia por atentar contra la libertad individual.