Seis hábitos que nos desprotegen en Internet

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Redacción

Según los datos del Security Report 2023 de Check Point Software Technologies, los ciberataques han aumentado un 38 por ciento en 2022 en comparación con el año anterior, registrándose una media de 1.168 ataques semanales por organización. En este sentido, queda demostrado que a pesar de desarrollar medidas para hacer frente a las amenazas y vulnerabilidades, aun queda mucho por trabajar.

Desde los virus distribuidos en disquetes y Morris o el primer gusano que afectó a Internet en 1988 hasta la aparición de troyanos, spyware  o el ransomware han pasado más de cuarenta años, años en los que se han desarrollado multitud de tecnologías para combatir la cibercriminalidad. Sin embargo, hay prácticas que por mucho que avancen las medidas, seguimos llevando a cabo y no mejoran nuestra seguridad ante los ataques.

Hábitos que nos desprotegen en Internet

Por esta razón, con razón del Día de Internet, la compañía ha llevado a cabo una lista de hábitos o costumbres que no deberíamos seguir practicando.

  • Descuidar las contraseñas: Para combatir esta costumbre se recomienda tener una contraseña de al menos 12 caracteres y una combinación de letras mayúsculas, minúsculas, números y caracteres especiales. De igual modo, es favorable que cada pocos meses se realice una actualización de la contraseña, además de no utilizar la misma para varias plataformas.
  • No estar actualizado: Es importante tener los sistemas y dispositivos actualizados, para obtener los últimos parches aplicados para hacer frente a las vulnerabilidades.
  • Caer en la desinformación: Es recomendable emplear varias fuentes a la hora de contrastar información antes de difundirla, especialmente en un mundo tan perjudicado por el hacktivismo y las fake news.
  • Usar las redes inalámbricas gratuitas: Los investigadores de seguridad han investigado acerca de estas redes, las cuales tienen escuetos o nulos sistemas de seguridad, por lo tanto, se recomienda no usarlas o utilizarlas para búsquedas básicas que no requieran la introducción de contraseñas.
  • Aceptar políticas de privacidad y permisos sin revisarlos: Normalmente, estos textos tediosos y sin atractivo se aceptan sin haberse leído para así tener rápido acceso a la aplicación, sin embargo, hay ocasiones en las que los ciberdelincuentes ocultan algunas cláusulas para la cesión de permisos con los que recopilar, almacenar e incluso comerciar con los datos.
  • Navegar y confiar en webs no seguras: Para identificar estas webs hay que analizar las URL en busca de indicadores de seguridad, como los certificados SSL, o de alerta, como caracteres irregulares o los subdominios, de igual modo que la presencia de erratas e imágenes de mala calidad dan indicios de ser una web poco segura.