Microsoft ha despedido recientemente a aproximadamente 6.000 empleados, casi el 3% de su plantilla global. El coloso tecnológico está llevando a cabo una reestructuración estratégica destinada a fortalecer su énfasis en la Inteligencia Artificial (IA) y optimizar su estructura organizativa. Esta chocante noticia genera preguntas en cuanto a los motivos tras la elevada cifra de despidos.
Despidos en Microsoft: ¿ha empezado la IA a quitar empleos?
Los recortes afectan en su mayor parte a ingenieros que llevaban años en la empresa, a cargos intermedios y a ejecutivos con sueldos altos. El objetivo es eliminar capas de gestión redundantes y mejorar la agilidad operativa de la empresa. Pese sus buenos resultados, con un crecimiento del 13% interanual y un beneficio neto de más de 25.000 millones de dólares, Microsoft prioriza ahora sus departamentos de crecimiento estratégico, sobre todo los de Inteligencia Artificial.
Una de las decisiones más polémicas ha sido el uso de algoritmos para «seleccionar» a los empleados afectados. Un caso de gran impacto mediático es el de un trabajador con 25 años de antigüedad despedido mediante un proceso automatizado, lo que ha suscitado críticas sobre la deshumanización en la gestión de personal.
Esta drástica operación se enmarca en una tendencia generalizada en el sector tecnológico. No en vano empresas como Amazon y Meta también han realizado despidos en respuesta a las transformaciones del mercado y a los avances tecnológicos. En el caso de Microsoft, la constante integración de la IA en sus procesos conlleva que entre el 20% y el 30% del código lo generen sistemas de Inteligencia Artificial, lo que refleja una transformación de la naturaleza del trabajo dentro de la empresa multinacional estadounidense.
Parece muy probable que los despidos en Microsoft respondan a una estrategia de adaptación a un entorno tecnológico cambiante, donde la automatización y la Inteligencia Artificial desempeñan un papel cada vez más central. La empresa busca un posicionamiento competitivo en este nuevo escenario, aunque la operación suscita polémica sobre el equilibrio entre productividad empresarial y responsabilidad social.
Archivado en: