Albert Barnwell Sales Director Iberia CyberArk

"Las organizaciones se enfrentarán a tres amenazas: identidades, inteligencia artificial y navegador"

Albert Barnwell de CyberArk

Con motivo del primer número del año de la revista ‘Red Seguridad’, hemos preguntado a un grupo de empresas dos cuestiones: ¿Cuáles serán las principales tendencias, desafíos o impactos de la ciberseguridad en 2024? y ¿Qué papel jugará su compañía para afrontar los retos a los que se enfrenta la ciberseguridad a lo largo de este año? Esto es lo que nos responde Albert Barnwell, representante de CyberArk.

¿Cuáles serán las principales tenden­cias, desafíos o impactos de la ciber­seguridad en 2024?

En CyberArk consideramos que el secues­tro de sesiones representará este año el 40 por ciento de todos los ciberataques, por lo que será fundamental proteger, supervisar y responder a las sesiones de usuario y al abuso de las cookies. Además, un mayor número de empre­sas comenzará a gestionar el acceso sin contraseña, de las claves de acceso a la autenticación multifactor, por lo que los ciberdelincuentes evolucionarán sus tác­ticas para robar cookies  de sesión y eludir los mecanismos de autenticación fuerte.

Por otro lado, el tradicional robo de credenciales será menos frecuente cuando el uso sin contraseña se impon­ga y se utilice correctamente, aunque no desaparecerá, ya que los ‘malos’ se aprovecharán de la laxitud en la protec­ción de las contraseñas. En este sentido, cerca del 30 por ciento de las organiza­ciones experimentará un aumento de las filtraciones de datos relacionadas con el robo de credenciales.

Por eso, desde CyberArk consideramos que, este 2024, las organizaciones ten­drán que hacer frente a tres amenazas. La primera está relacionada con las iden­tidades, de todo tipo, que seguirán siendo el foco para muchos atacantes y el punto de protección fundamental para las em­presas. La segunda con la inteligencia artificial, que nos ayuda a realizar muchas tareas de forma muy rápida y óptima, pero al mismo tiempo es imprescindible saber cómo usarla de manera segura para de­fendernos de los atacantes. Y la tercera con el navegador, la principal forma de acceso a los recursos de la compañía por parte de empleados y terceros, lo que hace que sea el principal objetivo para los ciberdelincuentes y un importante vector para las brechas de seguridad.

¿Qué papel jugará su compañía para afrontar los retos a los que se enfrenta la ciberseguridad a lo largo de este año?

La securización de identidades es un componente crítico en la estrategia de ciberseguridad, y CyberArk juega un papel fundamental en abordar este as­pecto clave. De hecho, la contribución de nuestra compañía en este ámbito se basa en tres aspectos: gestión integral de identidades privilegiadas, seguridad proactiva ante amenazas y colaboración con tecnologías emergentes.

En cuanto a la primera, nuestra em­presa ofrece soluciones integrales de gestión de identidades privilegiadas, ya que cualquier identidad puede ser privilegiada dependiendo del contexto, siendo estas cuentas los objetivos pri­mordiales para los ciberatacantes. En CyberArk implementamos controles es­trictos sobre quién tiene acceso a estas identidades y con el mínimo privilegio asignado, siendo uno de los pilares de una estrategia Zero Trust.

En segundo lugar, nos anticipamos a las amenazas mediante la adopción de enfoques proactivos. Esta capacidad de detección temprana ayuda a las or­ganizaciones a responder rápidamente a las amenazas antes de que puedan causar un daño significativo. Además, integramos inteligencia de amenazas para mantenerse actualizado sobre las tácticas y técnicas utilizadas por los ci­berdelincuentes, lo que permite a las compañías adaptarse continuamente a las amenazas emergentes y fortalecer sus defensas contra ataques dirigidos.

Finalmente, en cuanto a la colabora­ción con las tecnologías emergentes, la integración con soluciones de inteli­gencia artificial y aprendizaje automáti­co mejora la capacidad de predicción y respuesta ante amenazas. En CyberArk utilizamos estos avances para perfec­cionar las capacidades de detección y proporcionar a las entidades una de­fensa más robusta contra ataques sofis­ticados. Asimismo, la interoperabilidad con entornos de nube y aplicaciones modernas asegura que las identidades estén protegidas en todos los frentes, in­dependientemente de la infraestructura tecnológica de la organización.