Mar Lopez Gil, Accenture Security Senior Manager
Mar López Cofundadora y vicepresidenta Women4Cyber Spain

No todo está inventado

Nuevas tecnologías

En esta pequeña reflexión quizás esperabais un artículo sobre ciberseguridad, y así será, pero solo un poco. En este caso, quiero hablaros de creatividad y aprendizaje; algunas cuestiones que se van difuminando en el día a día sin que nos demos cuenta y que vamos dejando olvidadas en el camino, allí, detrás, lejos algunas veces. Hoy quiero compartir algunas historias, incluso mitos y leyendas, para que reflexionemos en que ni todo está inventado, ni todos los inventos son masculinos. Por otro lado, nuestra preciada masa gris no siente dolor físico, o al menos hasta donde yo sé. Pararse a pensar no duele y es otra cosa que a veces olvidamos.

En este devenir del pensar también me gustaría compartir algunas palabras sabias para desmitificar algunas mentiras, quizás un poco arriesgadas. Todo ello, para ir centrando el tiro de que la explosión tecnológica actual es imperfecta, y aquí meto la cuña de la ciberseguridad. Necesitamos pensar y ser creativos para corregir esa imperfección.

Mitos y leyendas

Pero empecemos por el principio. No todo está inventado. Primero, un mito. Hagamos un viaje en el tiempo, cerremos los ojos y pensemos que estamos en 1899. Es el año de la automoción y se estrena por primera vez la palabra ‘automóvil’; Marconi establece la primera conexión de telegráfica sin hilos; se patenta la aspirina; nacen grandes mitos del cine como Hitchcock, Humphrey Bogart o Fred Astaire; y se celebran los segundos Juegos Olímpicos de la era moderna en París con la participación de 22 mujeres. Con este panorama, a un señor llamado Charles S. Duell, director de patentes de Estados Unidos, se le ocurrió exponer en la prensa que todo lo que se podía inventar estaba inventado. Si levantara la cabeza vería que nada más lejos de la realidad.

Segundo, una leyenda. Se piensa que los grandes inventos de la humanidad, que han cambiado el rumbo de la historia, han sido creados exclusivamente por hombres. Otra cosa lejos de la realidad, y aunque el gran Groucho Marx apuntaba a que detrás de un gran hombre hay una gran mujer, las mujeres por sí solas son grandes, creativas e inventoras.

Desde Hipatia de Alejandría, primera mujer matemática y científica allá por el 355 después de Cristo; Ada Lovelace, primera programadora de la historia; Marie Curie, primera y única persona en recibir dos premios Nobel en dos disciplinas científicas: física y química; hasta Heidi Lamarr, inventora de lo que hoy llamamos WiFi, además de actriz. Desde el típex, la jeringuilla y el limpiaparabrisas hasta los acuarios, los cristales reflectantes, el kevlar o la fisión nuclear son inventos de mujeres. Mujeres que pensaron que no estaba todo inventado y que hoy en día aún muchas de ellas son desconocidas.

Todas ellas eran innovadoras, imaginativas, inventoras y abordaron problemas de forma creativa, porque pensar no duele. Solo se trata de actitud.

Desmitificando mentiras

Y como pensar no duele, quiero compartir algunas palabras sabias para desmitificar algunas mentiras arriesgadas. Como apuntaba Sócrates, solo sé que no sé nada. Afirmaba que el conocimiento desemboca de forma irremediable en más y más conocimiento o, al menos, en la necesidad de más y más conocimiento. Por otro lado, Aristóteles decía que el sabio no dice todo lo que piensa, pero sí piensa todo lo que dice. Así que, como solo sé que no sé nada, ni soy una sabia, voy a decir lo que pienso desmitificando dos mentiras.

La primera, cuando hablamos de tecnología, informática, telecomunicaciones o cualquier área técnica, la abordamos desde una perspectiva mecánica, procedimental, estructurada. Pero…cuánto nos ayudan las nuevas técnicas o las tecnologías disruptivas en nuestro día a día. Si no, que se lo pregunten a ChatGPT; por cierto, liderado por Mira Murati, otra mujer para sumar a las mujeres líderes.

La segunda mentira. Asociamos la creatividad a pintores, escultores o artesanos. ¿Creéis que alguien creativo no inventó el blockchain, los NFT, la inteligencia artificial o el Apollo 11? ¿El teléfono móvil, las bombillas led, el bluethooth o el ratón? Pues bien, ni la tecnología es tan rígida, ni la creatividad se aplica solo al arte.

Hoy, en lo que algunos vinieron a denominar un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo, la creatividad nos permite abordar las situaciones complejas de manera innovadora. Y esta explosión tecnológica, ¿no depende de la creatividad y del todo no está inventado? En este entorno explosivamente tecnológico e incierto, la imperfección existe, pero podemos corregirla. La tecnología, sin duda, nos ayuda en nuestro día a día y hace más fácil nuestras vidas. Y la explosión tecnológica que estamos viviendo emociona. Los avances digitales pueden apoyar y acelerar el logro de cada uno de los 17 objetivos de desarrollo sostenible, desde el fin de la pobreza extrema, la reducción de la mortalidad materna e infantil, la promoción de la agricultura sostenible y el trabajo decente hasta el logro de la alfabetización universal.

Tecnologías

Cerremos de nuevo los ojos y pensemos en la robótica, en la misión a Marte, en la nanotecnología, en la realidad virtual, en los exoesqueletos, en el Internet de las Cosas, en el 5G, en la computación cuántica, en la inteligencia artificial, en el ChatGPT o en asistentes personales en nuestras casas, y con Elon Musk o Jeff Bezos con vuelos comerciales al espacio. Además, la tecnología de la que estamos hablando hoy, mañana estará obsoleta, y eso será porque seremos aún más creativos y creativas. Estamos siendo testigos de una explosión tecnológica sin precedentes con elementos casi de ciencia ficción. Estas tecnologías están realmente cambiando el mundo, pero también son imperfectas.

No obstante, las tecnologías también pueden amenazar la privacidad, comprometer la seguridad y alimentar la desigualdad. Además, tienen implicaciones para los derechos y la actividad humana. Al igual que generaciones anteriores, nosotros, gobiernos, empresas e individuos, debemos decidir cómo aprovechar y gestionar las nuevas tecnologías y la hiperconectividad que inunda nuestro día a día. Esas tecnologías que, a la par, hacen que estemos más expuestos a riesgos. Somos dependientes, sigue existiendo brecha digital y también tiene su impacto ambiental.

Asimismo, a medida que la tecnología avanza, también lo hacen las ciberamenazas, con delincuentes, también creativos, que encuentran las imperfecciones tecnológicas y las vulnerabilidades para acceder a información confidencial, realizar ataques o causar daños en todo aquello que puedan atacar.

Siempre hablamos sobre que nadie pensó que Internet pudiera ser utilizada para el mal. En el momento que se crea Internet, hace ya más de 50 años, se pensó en un espacio para compartir; nadie pensó en su crecimiento y en lo que iba a representar en el futuro. Por otro lado, y como compañero de viaje, todo se desarrolla en un espacio anárquico, sin paredes, donde no existen fronteras; que cambia rápidamente y que es dinámico; prácticamente incontrolable; débilmente regulado y completamente global y accesible. El ciberespacio, un mundo infinito que podemos llenar con mil y una cosas, con mil y una ideas, mil y un sistemas, donde suceden miles y miles de operaciones cada día buenas y malas.

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